Estamos completamente desnaturalizados y vivimos en un estado de inconsciencia total

Somos víctimas de la revolución industrial. Desde entonces las personas empezamos a desnaturalizarnos. Con esta revolución aparecieron los alimentos ultraprocesados y un ritmo de vida estresante centrado en la productividad.” Aunque pueda parecer catastrofista esta afirmación de Maxi es completamente cierta. La revolución industrial marcó claramente un antes y un después en la historia de las vidas humanas. Nada volvió a ser como antes y lejos de convertirnos en una sociedad más feliz, con más bienestar; nos convertimos en una sociedad enfermiza que vive para producir y en un constante estrés. “A las generaciones que están subiendo ahora, a esto hay que añadirles algo todavía más peligroso: la tecnología y la inteligencia artificial cuando se usan para manipular sus decisiones y sus emociones”.

Hasta hace pocos años, Maxi vivía inmerso en esta espiral de trabajo frenética que tanto caracteriza el desnaturalizado mundo occidental. Arquitecto de formación, se dedicaba a diseñar conceptos de restaurantes y hoteles para algunas de las empresas más importantes del mundo. Compaginaba viajes, lujos y una agitada vida social con su vida familiar, ejerciendo de padre de dos niños. “Viajaba por todo el mundo y había trabajado para algunas de las empresas más importantes del mundo, pero esto no me llenaba. Dejó de satisfacerme, me empecé a aburrir y ya no encontraba sentido a lo que hacía”.

En este período de insatisfacción y de no realización personal, Maxi empezó a tener problemas en las articulaciones de las manos: “tenía una artritis reumatoide que no me permitía agarrar nada”. Después de esto empezó a encontrarse mal y después de un par de chequeos médicos en los que el resultado era “está usted perfecto señor, no tiene nada” él seguía estando mal y quería poner solución a aquella situación.

“Fue entonces cuando me vino Marta Banqué a la mente, porque ya la conocía, puesto que era mi osteópata. La llamé porque ella es una especie de escáner humano y siempre tiene una opinión un poco distinta a la convencional”. Esa llamada fue el primer destello, el big-bang de todo lo que surgiría después y acabaría convirtiéndose en Na’am.

Marta analizó detenidamente los resultados de los chequeos anteriores en los que otros grandes profesionales no habían encontrado nada y le dijo a Maxi que estaba prediabético. “Me propuso un tratamiento de seis meses que significaba un cambio de vida total”. Marta insistió a Maxi varias veces en sí estaba dispuesto a comprometerse con el proceso. “Una de las primeras cosas que hice fue dejar de beber. Aquí somos muy sociales y tenemos normalizado salir de trabajar e ir a tomar unas cervezas, beber vino durante las comidas, salir de gintonics y a menudo tampoco está mal visto consumir según qué sustancias”. Maxi rompió con todo esto y decidió seguir al pie de la letra lo que le pautó Marta. “En tres meses yo era completamente otra persona: había perdido 20 quilos y energéticamente sentía que estaba muy bien, a tope”.

A raíz de ese proceso individual, Maxi empezó a darse cuenta de que había normalizado cosas que no lo son. “Yo iba por la calle y me sentía súper bien y veía que la gente no lo estaba. Normalizaban sentir dolor y ciertas conductas que no nos hacen ningún bien”. A partir de aquí empezó a preguntarse por qué el sistema nos había llevado a tener tan normalizado e interiorizado este tipo de vida. Vemos normal trabajar infinitas horas diarias para producir más, vemos normal sentir dolor físico, vemos normal estar estresados y deprimidos, vemos normal no cuidar de aquello que comemos, no nos preocupamos por nuestro descanso, nos activamos a mediodía y acabamos pasada la media noche… Estas y muchas otras cosas consideradas “normales” y que no lo eran en absoluto, hicieron que Maxi decidiese pasar de ser un mero espectador a ser agente de cambio.

“En realidad, todo lo que yo había hecho profesionalmente tiene un vínculo enorme con Na’am. Yo diseñaba conceptos donde la gente lo pasaba bien, donde van a darlo todo. En Na’am ofrecemos a las personas bienestar y consciencia”. Maxi se sentía tan bien después del tratamiento que sentía la necesidad de hacer algo, de cambiar las cosas. Le dijo a Marta que quería registrar su método para ayudar al mundo entero. “Marta, muy prudente, me dijo que estaba loco, que cómo íbamos a hacerlo”. Maxi decidió invertir sus ahorros en el proyecto y nació Na’am.

“Quiero cambiar la mentalidad de los fabricantes de comida, la mentalidad de la gente egoísta que solo piensa en llenarse los bolsillos a costa de la salud de las personas y la sociedad”. En Na’am las personas aprenden a vivir en un estado de consciencia que les permite conseguir el bienestar. “Vivimos en una inconsciencia total, comemos lo que nos dan sin preguntarnos si nos hace bien y nos vamos a la cama tardísimo sin saber lo que esto implica”. El primer paso de este gran cambio que pretende ser Na’am es el centro que tienen en Barcelona. “Abrir este centro era la oportunidad de demostrar lo que realmente podemos conseguir con el método de Marta. Le dije a ella que su método había que registrarlo y que tenía que curar y ayudar a más gente”. Todos los profesionales que integran el equipo Na’am trabajan para conseguir que las personas tomen conciencia de sus vidas y se den cuenta de los muy desnaturalizados que están. En Na’am conviven diferentes disciplinas capaces de cuidar de todas las facetas de las personas, desde las más físicas hasta las más intangibles, pasando por la dimensión psicológica y espiritual.

“En Na’am queremos que la gente se dé cuenta de que entrar en una rueda de cosas materiales, de coches caros, de lujos, no nos aporta felicidad. En realidad, tenemos la felicidad delante de nosotros, no cuesta nada y es muy sencillo conseguirla”. Na’am es una oportunidad para aquellas personas que quieren vivir en un estado de plena consciencia que les permita conseguir bienestar y felicidad.

No obstante, el camino que le queda por recorrer a Na’am y al método Banqué es todavía inmenso. Muchas personas confiaron en él e hicieron un cambio de vida necesario para tener una vida más plena. “Estamos trabajando para poder crear el proyecto Origen, un espacio en el que Na’am y el método Banqué puedan desarrollarse con todo su esplendor. Meditación, yoga, trabajo físico, contacto con la naturaleza y el campo, levantarse cuando sale el sol y acostarse cuando se va”. El proyecto es ambicioso y tiene el objetivo puesto en volver al origen de como estamos hechas y creadas las personas. “Con el proyecto origen podremos ayudar y acompañar muchas más personas a conseguir ese bienestar que tanta falta nos hace”.